Más de 11.000 entradas y 1.050.000 visitantes desde el 9 de octubre de 2011

Miguel Ángel Revilla: "Si es corrupto, ¿por qué no va a ir el emérito a la cárcel?"

Sin pelos en la lengua, licencia que dice poder permitirse por tener 77 años, aunque la ha ejercido siempre, Miguel Ángel Revilla, el presidente cántabro, sigue presentándose como ese personaje que elogia la sensatez y dice las mismas cosas que muchos ciudadanos piensan

"Nunca ha habido una clase política peor que ahora"

"Yo hago, y he hecho siempre, las colas como todos"

"Corina creo que lo espera (el libro) con ganas"

Personal.-

Edad: 77 años (23 de enero de 1943).

Lugar de nacimiento: Poblaciones (Cantabria).

Familia: Está casado con Aurora Díaz y tienen tres hijos.

Formación: Es licenciado en Ciencias Económicas por la facultad de Sarriko, hoy perteneciente a la UPV. Fue profesor de Estructura Económica en la Universidad de Cantabria.

Trayectoria: Trabajó en el banco Atlántico y siempre comenta con humor que lo dejó todo para poner a Cantabria en el mapa mundi. Fue el impulsor de la Asociación para la defensa de los intereses de Cantabria. En 1978, con la idea de sacar a su territorio del anonimato, creó el Partido Regionalista de Cantabria (PRG) y fue diputado durante cinco años, 1983 a 1988. Participó durante dos legislaturas en un gobierno de coalición con el PP y fue vicepresidente y consejero de la comunidad cántabra. En la siguiente legislatura cambió su pacto político, y en 2003 firmó con PSC-PSOE, y con solo ocho escaños los socialistas le entregaron los trece que habían conseguido, lo que le convirtió en presidente de Cantabria. Cuatro años más tarde fue reelegido. Tras un periodo de ausencia, volvió a recuperar el máximo poder en su tierra en 2015.
Carácter: Es un hombre abierto, siempre listo para conceder una entrevista y a hablar de cualquier tema sin pelos en la lengua. Es extrovertido en los programas de televisión en los que participa y su objetivo sigue siendo el mismo: que Cantabria esté en lo más alto.

Sin lujos: No utiliza ni escolta ni coche oficial, y sus desplazamientos por motivos de trabajo son en transporte público, generalmente avión a Madrid y en taxi desde el aeropuerto.

Promociones: Se ha hecho famoso por hacer llegar las anchoas y los sobaos de Cantabria a todas las personalidades políticas y agentes famosos. Es su sello particular.

Aficiones: Le gusta conversar. Dos veces por semana va al mercado, quiere saber qué se lleva a la boca y si se le pregunta un precio está al día. Cuando tiene un fin de semana libre deja los asuntos políticos y cocina para su familia.

Vacaciones: Lleva décadas anclado en Santander. La última vez que hizo un viaje de relax fue hace cinco años a la tierra de la familia de su mujer en Galicia.

Libros: Ha lanzado seis: Nadie es más que nadie (2012); La jungla de los listos (2014); Este país merece la pena (2014); Ser feliz no es caro (2016); Sin censura (2018) y ¿Por qué no nos queremos? (2020).

En este su sexto libro pone a muchos en su sitio, y de su afilado lápiz no se libran ni el emérito –así es como se refiere a Juan Carlos I–, ni Corina, su supuesta amante y exsocia en negocios nada claros. "Creo que los dos han estado esperando impacientes a que salga mi libro", ironiza. Esta entrevista está realizada días antes de que entrara en vigor la fase 3 de la desescalada y el presidente cántabro ya clamaba para que se abrieran los límites de su territorio con Euskadi: "Los vascos están contentos aquí, se sienten en casa, y nosotros estamos encantados de volver a verlos a todos. Les necesitamos, son muy necesarios para nosotros. Además, tenemos unas playas increíbles y en ellas cabe toda Euskadi", sentenciaba. Defiende los productos de su tierra a muerte y regala el bocarte de su tierra a muchos políticos y personalidades, pero en algunos casos se arrepiente de haberlo hecho: "Al emérito ese le he dado muchas anchoas, pero ahora, si pudiera, se las sacaba, me cago en diez", asevera con cierto punto de cabreo e indignación.

- ¿Por qué no nos queremos? Quizá no seamos osos amorosos, pero de ahí a no querernos...

- España es una potencia en muchas cosas, un país con una gran calidad de vida en todo, y no lo digo yo, lo dicen terceros venidos de otros países. Somos una potencia incluso en deportes; hace años era noticia cuando un español ganaba algo, pero ahora somos buenos en muchos deportes, y no lo digo por la petanca, los bolos o la pelota vasca. Y fíjate, ahora estamos más disgustados que nunca.

- ¿No cree que los políticos tienen algo que ver con ese disgusto generalizado?

- A mi modo de ver todo lo positivo, y lo analizo en mi libro, todas estas cosas positivas, quedan empañadas por la corrupción, una corrupción que tiene nombres y apellidos, y lo que ha salido no es ni el 10% de lo que ha habido. Se ha robado a manos llenas y lo han hecho presidentes, consejeros y mucha otra gente. Eso, por no hablar de la imagen del emérito, por no recordar las puertas giratorias€ Estos días las hemos visto de nuevo con Pepiño Blanco, con Montilla.
- Parece un tema difícil de frenar.

- Yo creo que no es difícil y que esas puertas pueden dejar de girar. 160.000 euros al año por ir a una reunión al mes es una barbaridad, y también el procés ha divido España en dos, así que dedico muchas páginas a todo esto en ¿Por qué no nos queremos? Entregué el libro el 29 de enero, estaba ya tirado, y va y en marzo sale todo lo del coronavirus, así que me dije: Tengo que escribir algo sobre ello. Y le he añadido 40 páginas para analizar esta nueva situación que hemos vivido y que aún estamos viviendo.

- Por lo que se ve, un libro duro con el que no va a hacer amigos.

- Es el que más me gusta de los que he escrito, el más duro. Es la experiencia de un tío veterano. Nunca ha habido una clase política peor que ahora.

- ¿Y lo dice un político?

- Yo soy el presidente de Cantabria. ¿Político? Tal vez, pero te lo explico porque también lo desmenuzo en el libro: ha llegado a la política gente como quien llega a trabajar a un banco.

- ¿Quiere decir que algunos ni siquiera se lo plantean como un trabajo?

- Lo que quiero decir es que no hay políticos vocacionales, o no demasiados. Hay mucho arribista y no se concede tregua al rival. El rival no existe, solo es un enemigo. Los políticos estamos dando una imagen lamentable. No hay manera de conseguir consensos y España, a día de hoy, es bastante ingobernable. Hemos pasado del bipartidismo con los apéndices de los nacionalistas vascos y catalanes a 23 partidos en el Parlamento. Es una atomización donde no hay tregua de unos contra otros. A diferencia de países como Francia o Portugal, donde la clase política ante una situación como esta ha estado unida, aquí no se ha dado tregua. Es que a la política ha llegado gente muy cainita, dinamitera, a ocupar su huerto. En resumen, lo que quiero decir es que no tenemos una buena imagen de nosotros mismos.

- La pandemia y el consiguiente Estado de alarma cerraron las fronteras entre comunidades. ¿Hasta qué punto le ha afectado la decisión a Cantabria?

- Muchísimo. Nosotros tenemos una dependencia brutal, bestial, de Euskadi, y no hablo del verano; hablo de cualquier fin de semana. Te pones un viernes cualquiera en Ontón (primera localización fronteriza con Bizkaia) y verás una de las autopistas más transitadas de España, sobre todo en la dirección Euskadi-Cantabria. ¿Cuántos vascos tenéis casa en Cantabria? Miles y miles, y es gente que viene muchos fines de semana. Un día de verano igual hay el mismo número de vascos en Cantabria que cántabros.

- Vamos, que en el buen sentido de la palabra, Euskadi ha colonizado Cantabria.

- Muy en el buen sentido de la palabra, y te lo cuento en datos. Noja tiene poco más de 2.000 empadronados, pero el censo medio de julio y agosto es de 80.000, y de estos, la mayoría son vascos. Laredo tiene 11.000 personas en el censo, en verano 200.000, y la mitad son vascos. Por no hablar de Castro, Isla, Santoña€ Con estos datos es suficiente para que cualquiera vea la dependencia que tenemos de Euskadi, y que es brutal.

- ¿Somos buenos vecinos? ¿Vecinos sin rencillas?

- ¡Ja, ja, ja! Ojo, tenemos muy buen ambiente. Creo que la gente que pasáis por aquí para disfrutar de unas vacaciones, un fin de semana o un día de playa, os consideráis en casa. La que tenemos es una relación francamente buena, y no lo digo por quedar bien, que todos saben de sobra que nunca digo nada por quedar bien. Por eso hemos intentado abrir el paso entre Cantabria y Euskadi cuanto antes, por eso me alié rápidamente con el lehendakari, con Urkullu, con el que mantengo muy buena relación.

- Hablemos de la televisión, donde usted parece el político favorito. ¿Por qué cree que le llaman tanto para ir de un programa a otro? Y como está mucho también en las radios y en los periódicos se ha convertido en todo un personaje.

- Yo también me he hecho esa pregunta muchas veces. He visto a otros que también han pasado por las televisiones, pero lo mío no decae, y eso que no voy a todos los sitios donde me llaman. Cuando estoy en la tele no siento que tenga detrás a muchos espectadores, y lo hago todo igual que ahora, como si estuviera hablando solo contigo. No es una pose para quedar bien o mal, pero no me imagino nunca que me están viendo millones de espectadores. Voy y digo lo que pienso.

- De eso no hay duda.

- Es que decir lo uno piensa es lo correcto. Pero, ¿por qué yo tengo en Facebook un millón de seguidores? En Instagram tengo 500.000, en Twitter 800.000.

- Parece un influencer.

- ¡Ja, ja, ja! No hay ningún político que tenga esos números, y tampoco hago nada especial. Yo todos los días mando algo. A mí, lo que me dice la gente es que entiende lo que digo. Veo que los políticos dicen una cosa y piensan otra, que no hay coherencia entre sus actitudes personales en la vida y lo que luego dicen, y yo procuro no hacerlo.

- ¿Usted es muy coherente?

- Soy el mismo de siempre, sea presidente o no, creo que soy el mismo de toda la vida. Incluso he preguntado a los que fueron mis compañeros y estudiaron conmigo en Sarriko [la Facultad de Ciencias Empresariales y Económica de la UPV] si entonces era distinto a lo que soy ahora, y ellos me dicen que era el mismo. Toda la vida he hablado claro, he dicho lo que pienso, y que lo que digo se entiende parece ser el factor fundamental. Créeme, lo que digo es lo que pienso, mi forma de actuar en la vida. Cuando digo que la primera condición del político es que tiene que ser honrado, que no se puede robar, es porque yo lo práctico, joder.

- Pero la tentación es la tentación, ¿no cree?

- Pues te aguantas esa tentación. Cuando digo que hay que ser sencillos y modestos, también es algo que pongo en práctica. La gente toda la vida ha sabido que yo no llevo guardaespaldas y que voy a mi despacho desde Astillero a diario con un Peugeot que tengo desde hace cinco años. No llevo coche oficial más que a actos oficiales. Yo hago, y he hecho siempre, las colas como todos, pero no por postureo, ni por nada, es que esta es mi actitud personal de toda la vida. Si luego viene el Pablo Iglesias de turno diciendo Tengo un piso y entonces se compra un chalet€

- Se lo puede comprar, ¿no?

- Sí, claro, pero no resulta coherente decir una cosa y luego hacer otra. Si Revilla está todo el día metiéndose con los corruptos y luego hace otra cosa, la gente podrá decir que es como ellos. A mí podrían mirarme con lupa.

- Esté seguro de que lo han hecho ya.

- Ten claro que sí. Un día dijeron que vivía en una mansión y dije: Venid al piso de uno en uno, que solo tiene 98 metros cuadrados y está en Astillero. En él vivo desde hace treinta y tantos años. Quizá con más motivos que Iglesias podría haberme comprado un chalet, porque algo tengo ahorrado. Llevo trabajando y cotizando a la Seguridad Social desde los 24 años, he sido director de banco, he trabajado en la Bolsa, pero por coherencia prefiero seguir en mi casa de 98 metros cuadrados. Fíjate en el rey, fíate del emérito este.

- Va a quedar como un irreverente monárquico.

- Pues no me importa. Este emérito decía: Hay que ser honrado y aquí cae el que la haga. Pero hombre, pero hombre. Tú imagínate, qué imagen, qué desmoralización ciudadana. Mi patrimonio es el que te he dicho. A Revilla le conoce todo dios, mete la pata frecuentemente, pero son cosas veniales. A veces a lo mejor me he pasado hablando, pero no soy un faltón, soy duro, pero no me gusta insultar a nadie. Por esto es por lo que seguramente me llama todo el mundo.

- ¿Y no será porque tampoco cobra por ir a la televisión?

- Eso nunca, en mi vida. La única que vez que he cobrado, y porque me obligaron, fue con Andreu Buenafuente. Hice catorce programas y me daban, además del viaje, 3.000 euros por programa.

- ¡Vaya chollo!

- La verdad es que no está nada mal, pero ese dinero se ingresó en el asilo de Torrelavega. Ahora me pagan el desplazamiento y el alojamiento si no regreso a Cantabria en el día.

- La gente le quiere, pero algún palo le darán sus contrarios...

- Por supuesto que me dan caña. He recibido cartas que dicen: Eres un payaso, todo el día en la tele. Trabaja, cabrón. Sí, de estas recibo algunas, pero la mayoría de la gente me manda cartas que me hacen llorar. Yo en las redes cuento todas las enfermedades que tengo, y el día que tenga cáncer también lo pondré. A raíz de decir que me habían hecho una operación de riñón, que me habían quitado una piedra, recibí cuatro cartas ofreciéndome uno.

- Increíble.

- Eso pensé yo. Uno era cántabro, pero los demás no. A los que no eran de aquí les escribí una carta, pero al de Cantabria le llamé y quedé un día a tomar un café. Le veo muchas veces por la calle porque se acaba de jubilar de bibliotecario. Me senté delante de él y le dije: Te voy a ser claro: un riñón no se lo daría más que a un hijo. El caso es que le pregunté cómo era posible que él estuviera dispuesto a darme uno. ¿Y sabes qué contestación me dio? Me dijo que necesitaba creer en alguien. ¿Qué te parece?

- Emocionante, supongo.

- Claro, como que te echas a llorar.

- ¿Es un sentimental Revilla? Porque no da esa impresión.

- ¿Yo? Lloro como un tonto. Pero si he llorado en televisión con las preferentes... Me pongo a llorar y me es muy difícil a veces contenerme. Lloro muchísimo cuando veo cosas terribles.

- Decía que nunca había pensado escribir un libro, pero ya va por el sexto.

- Es que ¿cómo se me iba a ocurrir escribir a mí un libro? Todo fue cosa de una señora, la directora general de Espasa, que tiene una casa muy guapa en Comillas. Me invitó a una cena y yo me puse a contar anécdotas. Al día siguiente me dijo que por qué no escribía un libro. Yo no escribo ni a máquina ni a ordenador, así que le dije: Te lo tendría que escribir a bolígrafo.

- ¿De verdad? ¿Un manuscrito?

- Oye, que yo tengo una letra maravillosa. ¿Tú sabes la edad que tengo? 77 años.

- ¿Y qué tiene que ver la edad con la caligrafía o con no escribir a ordenador?

- Con que tengo una caligrafía divina porque en mi época era obligatoria. La gente, cuando les dedico los libros, me dice: ¡Pero qué letra tiene usted! Claro, es que he estudiado, y conservo los manuscritos de los seis libros escritos a bolígrafo.

- Le veo muy satisfecho con sus libros.

- Y lo estoy. Este último me ha quedado muy bien, lo he leído y me gusta, y sirve para ver si reflexionamos. Es un libro duro y naturalmente voy a hacer muchísimos amigos. Ja, ja, ja€ Ya me entiendes. Por ejemplo, el rey emérito estará encantado y esperando poder leerlo, y Corina también creo que lo espera con ganas. Sale todo a relucir. Es por esto por lo que España está indignada. Si supiéramos que un tío de estos roba, luego hay una investigación y se recuperase el dinero€

- Sabe que lo que dice es ciencia ficción.

- Por eso mismo. Entonces, si se le empapela la gente se sentiría reconfortada. Los chorizos, el emérito incluido, siguen por ahí y pocos pasan por el trullo. Yo clasifico a los corruptos por ambiciosos, macabros, sin límites€

- ¿Metería Revilla al rey emérito en la cárcel?

- Naturalmente. ¡Cómo no! Si 120.000 euros es un fraude fiscal que lleva a los comunes a la cárcel, ¿por qué se va a librar él? Claro que tiene que ir a prisión si ha defraudado o robado. Una vez probado todo, si es corrupto, ¿por qué no va a ir el emérito a la cárcel? El que ostenta la máxima representación de todos, y no por méritos de guerra sino por ser descendiente de rey, pues mucha mayor razón para estar agradecido y ser ejemplar. ¿Cómo puedo aprobar yo que la Constitución tenga un artículo que dice que el rey es inviolable?

- Es que a muchos les revuelve el estómago ese artículo, pero€

- ¿Quién puede estar de acuerdo con ese artículo? Yo no, yo soy una persona demócrata que considera a todos los ciudadanos igual. Si alguien tendría que tener un castigo mayor, ese alguien es quien tiene la obligación de ser ejemplar. Pero ¿quién redactó eso? No sé si quien lo hizo ya preveía las tropelías que iba a hacer y puso ese artículo para salvarle.

- ¿A quién no le daría anchoas de Cantabria o le prohibiría comerlas?

- ¿Prohibírselas? No, que las compre y las pague. He regalado muchas latas de anchoas, entre otras cosas porque me las regalan a mí para eso y para que se hable de ellas y se promocionen. Como no cobro en los programas a los que voy, me permiten hablar de Cantabria, vender sobaos, vender anchoas... Pero yendo a tu pregunta, hay muchísima gente que no se merece mis anchoas, para empezar todos esos que han robado. Te puedo hacer una lista, desde Rato al emérito, y a este le he dado muchísimas. Pero ahora, me cago en diez, si pudiera se las sacaba.

(Rosana Lakunza, Deia)